Cómo la red abierta para el comercio digital podría alterar el espacio de comercio electrónico de la India

Dominado por unos pocos jugadores, presenta un caso legítimo de intervención. Pero el gobierno debe proceder con cautela ya que conlleva riesgos

Cualquier implementación de estándares o tecnología debe ir acompañada de una ley o reglamento que establezca el alcance del proyecto. (Foto de archivo)

El gobierno central ha establecido recientemente un consejo asesor para la Red Abierta para el Comercio Digital (ONDC) para digitalizar las cadenas de valor del comercio electrónico, estandarizar las operaciones, promover la inclusión de proveedores y obtener eficiencias en la logística. Este es otro esfuerzo del gobierno para facilitar la creación de infraestructura digital compartida, como lo ha hecho anteriormente para la identidad (Aadhaar) y los pagos (Interfaz de pagos unificados).

El enfoque de la India de estandarizar la capa de infraestructura digital, ya sea como creador o facilitador, es único y ofrece aprendizajes para otros países. Cuando se hace bien, este enfoque puede nivelar el campo de juego y crear valor para los usuarios. El sector del comercio electrónico está listo para tal disrupción. El mercado está dominado por unos pocos actores que enfrentan investigaciones por prácticas comerciales desleales en muchos países. El sector se caracteriza por muchos pequeños actores que individualmente no tienen el músculo para negociar equitativamente con las empresas de comercio electrónico. Los economistas llaman a esto una falla del mercado y presenta un caso legítimo para la intervención. Sin embargo, este enfoque también conlleva riesgos y debemos actuar con precaución. En general, los gobiernos deben intervenir en los mercados solo cuando existe una falla de mercado claramente identificable o beneficios sociales masivos al crear una infraestructura compartida. Además, debemos diseñar el sistema de manera que tenga las mayores posibilidades de éxito. Las tres capas de un ecosistema digital abierto (tecnología, gobernanza y comunidad) proporcionan un marco conceptual útil para pensar tanto en la adopción como en las salvaguardias.

La capa tecnológica debe diseñarse para el minimalismo y la descentralización. Si es posible, el gobierno debe restringir su papel a facilitar estándares y protocolos que brinden acceso abierto y lograr que se adopten orgánicamente. La construcción de una plataforma tecnológica completa debería suceder solo si un enfoque basado en estándares no es suficiente. Si se construye, la plataforma debe basarse en principios de diseño de privacidad. Debe recopilar cantidades mínimas de datos (especialmente datos personales) y almacenarlos de manera descentralizada para que no haya trampas para los piratas informáticos. Los protocolos de intercambio de datos deben diseñarse para minimizar la fricción, pero deben basarse en reglas claras que protejan el interés del consumidor. Se podrían usar herramientas como blockchain para crear salvaguardas técnicas que no se pueden anular sin el consentimiento activo.

La capa de gobernanza en torno a esto debería disipar los temores de las empresas a una intervención estatal excesiva en el comercio electrónico. Cualquier implementación de estándares o tecnología debe ir acompañada de una ley o reglamento que establezca el alcance del proyecto. Si se prevé la recopilación de datos personales, la aprobación del proyecto de ley de protección de datos y la creación de un regulador independiente deberían ser una condición previa. Para asegurar la justicia de la industria, el gobierno podría ceder la administración de los estándares o la plataforma a una sociedad independiente o sin fines de lucro.

Finalmente, una capa comunitaria puede fomentar un proceso verdaderamente inclusivo y participativo. Esto se puede lograr haciendo que la sociedad civil y el público contribuyan activamente, por ejemplo, haciendo públicas las grabaciones o actas de las reuniones de este comité y buscando una amplia retroalimentación sobre los borradores de la propuesta. Una vez que se implemente el marco, garantizar una reparación rápida y en un plazo determinado de las quejas ayudará a generar confianza en el sistema. La defensa del gobierno de la tecnología de código abierto para el comercio digital es encomiable. También debería ir más allá de los otros principios del movimiento de código abierto: transparencia, colaboración, liberación temprana y frecuente, meritocracia inclusiva y comunidad.

Incluso si hacemos todo bien, un enfoque basado en infraestructura puede no ser suficiente. Por ejemplo, aunque UPI se creó para ofrecer igualdad de condiciones, los dos principales proveedores de servicios actualmente procesan más del 80 por ciento de las transacciones. Por lo tanto, necesitamos complementar la infraestructura con una regulación estrictamente adaptada. Muchos países están explorando el concepto de interoperabilidad, es decir, exigiendo que las plataformas digitales privadas, como las empresas de comercio electrónico, permitan a sus usuarios y proveedores solicitar negocios sin problemas en otras plataformas.

Por último, una pregunta compleja para los creadores de ONDC: ¿Cómo podríamos impulsar la adopción de una plataforma o estándares de comercio electrónico abiertos en un sector con operadores establecidos que tienen una participación de mercado dominante? En principio, no es aconsejable obligar a los proveedores ni a los consumidores a utilizarlo. En cambio, la respuesta puede estar en la creación de aplicaciones de referencia no obligatorias e incentivos financieros o no financieros. Se pueden extraer aprendizajes útiles de la adopción de UPI: el gobierno apoyó el lanzamiento de BHIM como una aplicación de referencia y ofreció recompensas financieras a través de un esquema de lotería para impulsar la adopción temprana.

Es oportuno que la India esté explorando formas innovadoras de cerrar las brechas en los mercados de comercio electrónico. Pero la audacia de esta visión debe ir acompañada de la consideración del enfoque.

Esta columna apareció por primera vez en la edición impresa el 23 de julio de 2021 con el título 'Próximos pasos del comercio electrónico'. Los escritores trabajan en Omidyar Network India, una firma de inversión enfocada en el impacto social.