Laguna legal

El furor por los términos actualizados de la política de privacidad de WhatsApp subraya la urgencia de un marco regulatorio para proteger los datos.

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A principios de este mes, WhatsApp, la plataforma de mensajería instantánea, reveló los términos actualizados de su política de privacidad. A los usuarios se les dio hasta el 8 de febrero para aceptar los nuevos términos si querían continuar usando la aplicación de mensajería. Pero con las protestas que siguieron y muchos usuarios que expresaron su preocupación por la privacidad de los datos, WhatsApp anunció que retrasaría la implementación de los cambios hasta el 15 de mayo. El martes, el Ministerio de Electrónica y Tecnología de la Información escribió a la compañía solicitando el retiro de su última política y privacidad. actualizaciones. En su carta, el ministerio señaló que los nuevos términos permitieron a WhatsApp y otras empresas de Facebook hacer inferencias invasivas y precisas sobre los usuarios, y agregó que la recopilación y el intercambio de datos confidenciales con el ecosistema de Facebook tiene el potencial de infringir los valores fundamentales de la privacidad de los datos. elección del usuario y autonomía de los usuarios indios. El propio Facebook es objeto de dos demandas presentadas por el gobierno de EE. UU. Y los gobiernos de 48 estados de EE. UU. Que han puesto su adquisición de WhatsApp e Instagram bajo el escáner. Si bien WhatsApp ha tratado de disipar las preocupaciones en torno a los nuevos términos de la política, instancias como estas ponen de relieve los problemas polémicos que rodean la privacidad de los datos y subrayan la urgencia de establecer un marco regulatorio para tratar tales asuntos.

La política actualizada profundiza en el intercambio de datos recopilados de los usuarios de WhatsApp con el ecosistema más amplio de Facebook. Según se informa, busca diferenciar entre mensajes con amigos o familiares y mensajes con una empresa. Sin embargo, aunque la mayoría de los datos recopilados pertenecen a la información de la cuenta, cierta información que potencialmente se puede compartir, como los detalles de las transacciones y los pagos, puede ser confidencial. Sin duda, los usuarios perturbados por los cambios en los términos de la política siempre tienen la opción de optar por no participar y migrar a otras plataformas. Sin embargo, dados los efectos de la red (la plataforma de mensajería instantánea tiene más de 400 millones de usuarios en la India), es poco probable que dicha sustitución sea fluida.

La ausencia de una arquitectura de protección de datos personales y una autoridad reguladora deja a las personas vulnerables a la explotación. En la India, si existiera la ley de privacidad de datos, es posible que, si bien la plataforma de mensajería podría haber limitado los servicios prestados a los usuarios, es posible que no haya podido denegar servicios en función de las preferencias de datos de un individuo. En la Unión Europea, donde el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) permite a las personas tener más voz sobre sus datos, las nuevas reglas de WhatsApp no ​​se aplicarán. Poner en marcha un aparato regulador no solo ayudará a monitorear el flujo de datos, sino que también ayudará a abordar preguntas críticas como qué tipo de datos se recopilan, si son sensibles, dónde se almacenan, entre otros.